Los lofts son viviendas con personalidad y muchas posibilidades que surgieron casi por azar. Pero en cuanto aparecieron en el mercado se hizo evidente que llegaban para quedarse. Vieron la luz en torno a los años 50 en grandes ciudades como Londres y Nueva York, cuando algunas empresas se vieron obligadas a vender sus naves ante la mala marcha de sus negocios. Fue entonces cuando las inmobiliarias supieron ver sus posibilidades, y es que con ciertas reformas podrían utilizar aquellos inmuebles, habitualmente de techos altos y aspecto industrial, como modernas viviendas llenas de luz y ventilación. Ante la escasez de suelo urbano, aquellas naves, que carecían de divisiones interiores y tenían a la vista cañerías, cableado y vigas estructurales, empezaron a cotizarse al alza. Y una buena legión de adelantados a su tiempo comenzaron a vivir en ellos.

Para los que estén pensando en vivir en su propio loft en Mallorca, tan solo deben sopesar si sus inconvenientes – menos privacidad que en un apartamento con habitaciones e imposibilidad para aislar ruidos en solo una parte de la casa por tratarse de un espacio abierto- pesan tanto como para no querer disfrutar de sus ventajas. Y es que estas últimas no son fáciles de conseguir en otro tipo de espacios. Estas son algunas de las ventajas que ofrecen más posibilidades:

– Más espacio. Olvidándonos de pasillos y de otras barreras arquitectónicas, el espacio se potencia, dando mayor amplitud a la vivienda. Es una de las principales ventajas de las superficies abiertas, que proporcionan un gran confort a quienes viven en ellas.

– Más luz. Igualmente, al no haber tabiques que separen el espacio en varias estancias, se permite que la luz entre en toda la superficie sin tener que sortear ninguna barrera. Lo que obtenemos como resultado es un lugar muy luminoso, especialmente si aprovechamos los grandes ventanales que suelen integrar estos locales.

– Más versatilidad. El hecho de que solo haya un espacio, y no varios, no quiere decir que tengamos que dar un único uso a la superficie. Más bien al contrario: la ausencia de paredes hace que podamos incluir muchos usos en el mismo lugar, distribuyendo cada rincón para lo que deseemos sin tener que usar una puerta para cambiar de ambiente.

– Ventilación cruzada. Otra de las ventajas indiscutibles de los lofts es que fomentan la ventilación cruzada, despejando el aire viciado del interior sin esfuerzo gracias a que no hay barreras arquitectónicas que lo impidan.

– Todo a la vista. Si organizamos una reunión con amigos, podrán ver cómo cocinamos o preparamos la mesa sin tener que cortar la conversación porque en esta superficie todo queda a la vista de todos. De igual forma, si hay niños en casa podremos verlos desde cualquier ángulo y vigilarlos desde donde nos encontremos.

– Más estilo. Una de las principales características del loft es su gran personalidad, con la que se marca un estilo propio, extrovertido y sin complejos. Se trata de una vivienda de vanguardia en la que podemos hacer y deshacer a nuestro antojo mostrando una amplia gama de posibilidades.