Viviendas inteligentes ¿presente o futuro?
Te imaginas poder pedirle a tu casa encender y apagar las luces, abrir y cerrar ventanas, poner en marcha la lavadora, subir o bajar persianas, controlar la temperatura de la casa…? Las viviendas inteligentes han llegado para hacernos la vida más cómoda y confortable, y lo consiguen a través de la domótica, un conjunto de tecnologías cuyo objetivo es mejorar nuestra vida en el ámbito doméstico haciéndola más cómoda, segura y económica.
De hecho, la domótica se incorpora cada vez más a los proyectos arquitectónicos, ya sean integrales o sencillas reformas. Y lo hace con dos objetivos: que nuestro día a día sea más cómodo y que logremos más sostenibilidad, ya que a través de las viviendas inteligentes ahorramos energía por un módico precio que amortizaremos a muy corto plazo. La razón es que la domótica consigue que los consumos energéticos sean los más ajustados a nuestras necesidades, por lo que las facturas disminuyen considerablemente. Una muestra de ello es el caso del Empire State Building, donde se han llegado a recortar los costes de energía en un 57%.
En Zanobia integramos la domótica a nuestros proyectos trabajando entre otros con Valena™ Next, la serie de mecanismos de Legrand que incorpora funciones conectadas con tecnología Netatmo. Entre otras razones, porque la vivienda inteligente pasa a tener un papel activo. Por ejemplo, a través del móvil puede saber que ya vamos camino de casa y activar la calefacción o el aire acondicionado, según la época del año, para que cuando lleguemos tengamos una temperatura confortable. Y con el lector de llaves electrónico o de huella digital incluso puede identificar a cada persona y, si hemos programado las necesidades de cada miembro de la familia, encender la cafetera para que tenga listo el café caliente quien suela tomarlo al llegar a casa o poner la playlist que acostumbramos a escuchar antes de acostarnos. Para activar esta tecnología tenemos varios métodos muy sencillos. Podremos hacerlo mediante nuestra voz, con los asistentes de voz del mercado actual (Google Assistant, Alexa o Siri), o desde nuestros móviles o tablets a través de una simple aplicación.
Así, decantarse por una vivienda inteligente trae consigo las siguientes ventajas:
Ahorro energético. Las posibilidades de las viviendas inteligentes en cuanto al ahorro energético son muchas: desde evitar el desperdicio de luz artificial con sistemas de control lumínico que usan exactamente la cantidad de luz necesaria hasta usar temporizadores o sensores de movimiento que apagan las luces cuando no son necesarias, además de activar programadores de cualquier electrodoméstico, pasando por aprovechar la luz natural con cortinas y persianas automatizadas. Igualmente, el riego de nuestros jardines también puede ser controlado automáticamente, definiendo periodos de irrigación en diferentes zonas y momentos del día.
Gestión de la temperatura según nuestras necesidades. Los controladores climáticos permiten gestionar la temperatura de la calefacción o el aire ya sea a través de sistemas de aire acondicionado, suelos radiantes, calderas, radiadores… Podemos programar temperaturas concretas para cada momento del día o de la noche.
Confort a través de escenarios personalizados. Otra ventaja de las viviendas inteligentes es que podemos predefinir distintos ambientes en espacios de la casa jugando con la luz, la temperatura o la música de forma que cuando queramos utilizar un escenario concreto, no tengamos más que decidirnos por él. Podemos hacerlo de forma presencial o remota.
Seguridad. Además de sensores que avisan de la apertura de puertas o ventanas, o de cualquier actividad anormal, para alertarnos de un posible incidente, los circuitos cerrados de televisión también pueden incorporarse al sistema general de domótica, permitiendo monitorizar los recintos de la casa. Así mismo podemos simular que estamos en casa cuando no es así subiendo y bajando persianas o encendiendo las luces, una buena herramienta para evitar robos.