Enfrentarse a un proyecto de reforma implica tomar muchas decisiones, y una de ellas es decantarse por el presupuesto que más nos convenza. Aunque el presupuesto más económico pueda resultar muy atractivo, no siempre será el que más nos convenga. La razón es que hay muchos detalles que pueden resultar engañosos, y si no se ha detallado con precisión cada partida es posible que el presupuesto que a simple vista parecía proponer un precio más bajo, una vez que comience la obra sume cantidades no previstas por nosotros y el costo total sea mayor de lo que esperábamos. De igual forma, es aconsejable revisar bien las calidades de los materiales que proponen, si en su presupuesto está contemplado todo lo que necesitamos, que se hayan seguido los planos del proyecto elaborado por el arquitecto, etc. Por eso, para poder comparar presupuestos de distintas empresas cuando queramos llevar a cabo una reforma es imprescindible tener en cuenta estos cinco puntos:

1. Contar con un plano detallado. El primer paso, que será la base de toda la obra, es solicitar a un arquitecto la elaboración de un proyecto, con planos detallados que sirvan de guía a la hora de acometer las obras. Y cuanto más minucioso sea este proyecto, más posibilidades tendremos de contar con un presupuesto que se ajuste por completo a la realidad. En él debe aparecer detallada la distribución, todas las superficies medidas en metros cuadrados y el resto de conceptos necesarios para que la empresa constructora pueda elaborar un presupuesto real.

2. Al menos tres presupuestos para elegir. Según los expertos del sector, para poder hacerse una idea de los precios del mercado y elegir teniendo ciertas garantías, cuando se solicita presupuesto para una reforma lo más aconsejable es recurrir al menos a tres empresas de las que conozcamos trabajos anteriores. Así podremos contar con varias propuestas que habrá que comparar analizándolas al detalle.

3. Presupuesto detallado. La única forma de poder hacer una comparativa real entre distintos presupuestos de reforma es que todos ellos reflejen lo mismo: la nueva distribución de la vivienda, los acabados, las nuevas instalaciones, medidas precisas, materiales incluidos… Y para comprobar que los datos son correctos, debe aparecer reflejado el precio por número y unidad. Es decir: lo que cuesta cada punto de luz, no solo el total. O el precio del metro cuadrado de la tarima flotante, el parquet o la baldosa que se instalará. Además, un buen presupuesto está dividido en capítulos para que sea más fácil la comparación: demoliciones, albañilería, soldados y alicatados, carpintería exterior e interior, fontanería, electricidad…

4. Calidad de los materiales. Comprobar qué calidades son las que incluye el presupuesto solicitado es clave, porque el precio dependerá en parte de ellas. Baldosas que se resquebrajan con el frío, tarimas que se se abren por las juntas, sanitarios ya descatalogados que no cuentan con garantía o con recambios pueden dar muchos problemas aunque sean lógicamente más económicos.

5. Tiempo de ejecución. Si se han cumplido todos los puntos anteriores, ya solo queda decantarse por el presupuesto que más nos convenza, y con un compromiso de tiempos de ejecución. En casos como obras de restaurantes y tiendas donde además tienes que pagar un alquiler, este aspecto es esencial.

La mejor reforma es la que acaba superando nuestras expectativas, y en esos pequeños detalles seguramente encontremos la empresa que lo conseguirá.